Un oleaje suave que acaricia los pies. Una arena blanca calentada por el sol. Botellas de plástico erosionadas por el Mar Caribe. En las playas de Chichiriviche, en el estado Falcón, Esther Terrero recoge las chapas de metal y de plástico que consigue entre los manglares. 

Era la mañana del 26 de junio de 2025, y Esther recogía los desechos sólidos de su localidad como lo hace al menos una vez por semana. Nunca le falta basura por recoger. Según estimaciones a través de imágenes satelitales en la plataforma The Ocean Cleanup, cerca de 26.600 kilogramos de plástico se asientan en las costas del Refugio de Fauna Silvestre Cuare, en el Parque Nacional Morrocoy y en la ciudad de Tucacas, todos en la costa oriental del estado Falcón, cerca de Chichiriviche.

Con lo que ella consiguió en las costas creará artesanías sobre la fauna marina.

Artesanías de Esther Terrero. Créditos: FUDENA (Proyecto Costa Viva)

«Lo que hago tiene un sentido: enseñarle a los vecinos y a los turistas que es necesario proteger a las playas, que la labor de cuidar el ambiente no es algo de un solo día y ya. Es necesario trabajar hacia un desarrollo sustentable a largo plazo, porque no tendremos playa en el futuro cercano si no se hace», dice Torrero, de 54 años, miembro del Colectivo de Artesanos de Chichiriviche.

En la tarde del 26 de junio, Esther se fue a su casa y se puso manos a la obra. Ya era la madrugada del siguiente día cuando creó un flamenco con más de 100 chapas de metal y unas tiras de aluminio que vienen de unas latas que recogió en Cuare y un caballito de mar con más de 35 tapas de botellas de plástico.

«También intento que cada obra sea de la fauna que habita en Cuare o en Morrocoy. Una especie nativa y una especie introducida. Espero que las personas que lo vean se enteren de lo que pasa en estas zonas protegidas. La información de las especies siempre la consulto con los biólogos de FUDENA (Fundación para la Defensa de la Naturaleza) y del proyecto Costa Viva», agregó Torrero.

Samuel Narciso, biólogo y director del Centro de Investigación y Atención a la Comunidad de FUDENA, es uno de los guía académicos sobre el Refugio de Fauna Silvestre de Cuare para los líderes comunitarios de Chichiriviche en el marco del proyecto Costa Viva. Créditos: FUDENA (Proyecto Costa Viva).
Costas por proteger

Para las Naciones Unidas, los hábitats marino costeros y los humedales son dos de los ecosistemas más importantes para la conservación de especies silvestres y para la adaptación al impacto socioeconómico del cambio climático: acumulan cerca del 40% de la biodiversidad en el mundo y tienen una capacidad elevada de retener el dióxido de carbono de la atmósfera, uno de los gases de efecto invernadero.

Pero su desaparición es tres veces más rápida que la de los bosques, exponiendo una amenaza para la humanidad.

El Refugio de Fauna Silvestre Cuare es una de las cinco zonas de interés en Venezuela identificadas por la Convención de Ramsar, un tratado intergubernamental para la protección de los humedales en el mundo. Fue el primer lugar del país en recibir dicha distinción, en 1988, porque es el refugio de más de 350 especies de aves residentes y migratorias, más de 100 especies de moluscos y el lugar de desove de 4 tortugas marinas, según datos de la Unión Venezolana de Ornitólogos y de FUDENA. De esas especies animales, al menos 41 tienen algún grado de vulnerabilidad a extinguirse.

Corocora (Eudocimus ruber) en el Refugio de Fauna Silvestre de Cuare. Créditos Alejandro Luy (Proyecto Costa Viva).

«El Refugio y el Parque forman un ecosistema único en la costa venezolana, con aguas cristalinas que favorecen la formación de arrecifes coralinos y de alta diversidad biológica. También se encuentran manglares y praderas marinas, que albergan numerosas especies, alguna de ellas, inclusive, de interés comercial para nuestras comunidades», indicó el Samuel Narciso, biólogo y director del Centro de Investigación y Atención a la Comunidad de FUDENA. 

Pero la degradación ambiental por distintas industrias y la aparición masiva de especies introducidas pone «en peligro» al humedal, según el Libro Rojo de Ecosistemas Terrestres de Venezuela publicado por la ONG Provita y Empresas Polar.

«Por eso es importante proteger e informar sobre estos ecosistemas, tener un presente y un futuro sustentable. Ya los impactos no solo los vivirán los hijos y los nietos de uno, ya estamos viendo una biodiversidad más reducida en Cuare», reiteró Torrero.

De esa necesidad, Fundación Tierra Viva, FUDENA y Trabajo y Persona conformaron el proyecto Costa Viva, una iniciativa cofinanciada por la Unión Europea que tiene como objetivo contribuir a la conservación de los ecosistemas marino costeros y el mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones locales a través de la implementación de modelos de gestión socioambiental entre las comunidades, la sociedad civil y las instituciones públicas y privadas en los estados costeros de Venezuela.

Los docentes del municipio Monseñor Iturriza visitaron el Refugio de Fauna Silvestre Cuare. para aprender sobre su potencial en el turismo sustentable. Créditos Fundación Tierra Viva (Proyecto Costa Viva).
Una oleada para la sustentabilidad

«Los ecosistemas marinos brindan innumerables servicios a las comunidades costeras. Son fuente de alimento, medios de subsistencia, agua limpia y protección contra la erosión y los fenómenos meteorológicos extremos», resaltó Alejandro Luy, gerente general de Fundación Tierra Viva durante la presentación del proyecto en Chichiriviche, el pasado 28 de junio de 2025.

«Esperamos lograr un impacto [en Chichiriviche y las comunidades costeras del país] a través de la formación y articulación de equipos locales, la capacitación de los actores claves dentro de la comunidad, la implementación de las acciones locales, y en general en la gestión de los ecosistemas marino costeros», agregó Luy.

Entre el 14 de mayo y el 5 de junio, Fundación Tierra Viva y FUDENA han impulsado talleres de educación ambiental y recorridos por el Refugio de Fauna Silvestre Cuare a al menos 97 educadores de 19 centros educativos del municipio Monseñor Iturriza —donde se encuentra Chichiriviche— para aprender sobre la fauna y la flora local y los principios de la gestión ambiental sustentable.

Los «costagramas» es uno de los formatos de los afiches informativos del Proyecto Costa Viva que la comunidad de Chichiriviche usa para aprender sobre los ecosistemas marino costero en el contexto venezolano.

Los docentes identificaron al menos dos problemas en la zona y dos posibles soluciones: la acumulación de desechos sólidos y la necesidad de crear programas de reciclaje con los jóvenes, la pérdida de biodiversidad y el refuerzo a la educación ambiental en la niñez, la adolescencia y los líderes comunitarios. 

Las actividades del Proyecto están enmarcadas dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible promovidos por las Naciones Unidas y se ejecutarán durante 48 meses (hasta el año 2029) en las costas de Anzoátegui, Aragua, Carabobo, Delta Amacuro, Falcón, La Guaira, Miranda, Nueva Esparta, Sucre y de Zulia.

«Por eso educar es importante, es el primer paso para generar soluciones desde lo que tenemos disponible, como el turismo o el arte sustentable. Es un trabajo constante, pero necesario. Porque si no conocemos algo a profundidad, no nace la intención de cuidarlo», dijo Esther, una de las primeras beneficiarias del proyecto Costa Viva en Chichiriviche.

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Fotografía de portada: FUDENA

Sobre Fundación Tierra Viva

Organización venezolana, no gubernamental y sin fines de lucro fundada en 1996 dedicada a la educación, promoción y ejecución de proyectos sobre el desarrollo sustentable a través de estrategias de participación y acción social.

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