April 7, 2019 Con motivo de la preparación de un proyecto a ser desarrollado en Canoabo, efectuamos una asamblea comunitaria y esa mañana escuchamos muchos sueños y soñadores, entre ellos a un líder ambiental local que conversaba sobre la idea de construir un conjunto de miradores, en una carretera rural que conecta el pueblo al sector Las Garcitas, en donde la mayoría de sus pobladores tienen hoy su parcelas productivas y algunos su hogar. Un conjunto de pobladores locales habían visualizado espacios que, mientras para ellos representaban la posibilidad de un descanso a mitad del camino, podían ofrecer a los visitantes sitios estratégicos para apreciar el paisaje. Y el sueño, luego de un trabajo sostenido, arduo y al mismo tiempo gratificante, se hizo realidad. Ayer se inauguró el primero de cinco miradores, se llama Elías Robles en honor a uno de los patriarcas de la zona; fue fabricado por los mismos pobladores locales, con bloques de adobe, techo de madera y las tejas recuperadas de una vieja casa del pueblo e identificado con un retablo, un cartel tallado y pintado sobre madera, una manera tradicional de identificar los lugares en Canoabo. Fue un evento significativo en la comunidad: organizaron una bendición con el Padre Álvaro García, Párroco del pueblo, asistieron los hijos del Sr. Elías Robles, el artista plástico Tomas Flores, productores y sus familias, representantes de las instituciones locales como Fundacanoabo, la Asociación Única de Productores de Cacao de Canoabo, la Chocolatera Valle de Canoabo, la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, el Consejo Comunal Los Narajos, la Posada Ecológica Casa María y Canal Plus. Celebramos el primer mirador pero sobretodo celebramos que los sueños son posibles y de que el trabajo en equipo y con una meta en común rinde sus frutos. La construcción del Mirador Elías Robles, es una de las actividades de la iniciativa Canoabo Sustentable que está siendo apoyada por Fundación Tierra Viva en el marco del Proyecto Iniciativas agroforestales y ecoturísticas en la cuenca del río Canoabo, ejecutado junto a un comité local y el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo Mundial del Medio Ambiente en Venezuela.