Crear capacidades en comunidades rurales para el manejo sostenible y/o sustentable del agua, implica considerar una serie de variables, factores y aspectos interrelacionados que es necesario abordar en el plano formativo, aun cuando su complejidad y magnitud puede sobrepasar los alcances del proyecto en ejecución.

En Canoabo al igual que muchas comunidades rurales, el acceso al agua no ocurre a través de grandes sistemas de acueductos ni se deriva de sitios lejanos como en las grandes ciudades, sino de ríos y quebradas aledañas a los centros poblados. Comprometer a estas poblaciones a proteger las fuentes de agua, en un marco de cambio climático, es un proceso que pasa necesariamente por concientizar o hacer visible de manera sencilla la realidad de este fenómeno a nivel mundial y su incidencia a nivel local; es hacer comprensible, por ejemplo en este contexto, la relación que existe entre la preservación de los ecosistemas boscosos de las zonas altas de la cuenca, como áreas donde se originan principalmente la recarga de los acuíferos, y la disponibilidad de agua permanente en sus hogares.

Como mencionamos en el Informe de Gestión 2022, durante la ejecución del proyecto AQUA, la capacitación estuvo enfocada a la organización de las comunidades, al manejo eficiente y calidad del agua; al mantenimiento y recuperación de la infraestructura de captación, almacenamiento y distribución del recurso. Asimismo, un importante porcentaje de la formación estuvo destinada al funcionamiento de la cuenca y a las medidas necesarias para su protección y manejo sustentable, teniendo presente los aspectos físicos que inciden en el cambio climático y la actividad humana como una de las principales causas.

Si bien por los alcances del proyecto de orientación principalmente formativa y no se generó de manera específica un plan de acción para la conservación de la cuenca; la necesidad de complementar la teoría con la práctica y la proactividad de voluntarios y grupos comunitarios como FUNDACANOABO, ECOSENDEROS y las recién creadas brigadas ambientales del proyecto AQUA, permitieron realizar exitosos avances en el área de conservación de cuencas.

Se logró así realizar quince reforestaciones en zonas críticas, las cuales fueron determinadas por las propias comunidades en recorridos planificados y en base al conocimiento de los pobladores. Alrededor de 6500 árboles se sembraron en distintos espacios de la cuenca. En el transcurso del proyecto se crearon trece viveros comunitarios que se mantienen activos en la producción de plantas de distinto tipo.

Estas acciones constituyen pasos significativos para el fortalecimiento de la capacidad de adaptación de estas comunidades ante el cambio climático. Las acciones de reforestación en una cuenca como Canoabo, cuya vocación principal es la producción de agua y donde las intervenciones humanas impactan de manera importante los ecosistemas boscosos donde ocurre mayormente la recarga de acuíferos, constituye una herramienta fundamental para la resiliencia de estas comunidades.

Más allá del proyecto AQUA, los pobladores locales y voluntarios mantienen el compromiso de continuar con las actividades de reforestación; el mantenimiento y cuido de las área reforestadas; el manejo sostenible de los viveros existentes y la creación de otros nuevos.

Para los próximos años se ha previsto fomentar la participación de la población juvenil en estas actividades, de tal forma de garantizar a largo plazo la sustentabilidad en el manejo de la diversidad biológica de esta cuenca; aprovechar las potencialidades que tiene la zona dada la belleza escénica que posee para desarrollar el ecoturismo como una actividad económica que pueda incentivar a la población joven a quedarse en la zona y proteger el medio ambiente, como el escenario que les permite desarrollar su medio de vida.