VANESSA DAVIES

Domingo, 25 de Febrero de 2018

La Fundación Tierra Viva, que en 2017 celebró 25 años de trabajo, insiste en que no hay un plan integral para la gestión de los residuos. El biólogo Alejandro Luy, gerente general de la ONG, teme que la quema de desechos se convierta en algo “normal”

A la Fundación Tierra Viva no le asusta la falta de bolsas plásticas –novedad del año 2018 en los comercios de Caracas– sino que las alcaldías del país no sepan qué hacer con los residuos sólidos. El gerente general de Tierra Viva, el biólogo Alejandro Luy, conversó con Contrapunto –a finales del año 2017– por los 25 años de la fundación; pero a esta conversación se le sumaron problemas –como la decisión de los supermercados de no dar más bolsas o de cobrarlas aparte– que pospusieron la publicación de la entrevista hasta el presente.

Como biólogo, Luy sostiene que el principal problema que confrontan los nuevos alcaldes es la adecuada gestión de la basura. “No se trata de la simple acción de recogerla y botarla en cualquier lugar; ese modelo tiene que cambiar”, dictamina. Con base en su amplio conocimiento sobre el tema, afirma que “son pocas las alcaldías del país que tienen mediana capacidad técnica para manejar los residuos de manera aceptable”. Este es un elemento fundamental de lo que el experto define como “una gestión de ciudad”, que debe incluir espacios públicos para el disfrute, garantizar la movilidad y una visión integral del ciudadano.

 

La gente camina entre basura en zonas de Caracas. Foto: Anthony Ascer Aparicio / Archivo Contrapunto

 

¿Quemar la basura?

El año 2017 terminó y comenzó con zonas de Caracas en las que los vecinos quemaban la basura debido a las fallas en la recolección. La hiperinflación llevó, también, a que ya no haya bolsas negras para acopiarla, o a que personas que viven en la calle se las lleven. Esto es consecuencia “de la inexistencia de un plan para la basura”, que debe ser elaborado por el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas. Pero también de haber privilegiado “criterios político-partidistas”, ausencia de personal capacitado, deterioro de los camiones del aseo urbano y mal manejo de las plantas de transferencia, enumera Luy.

La clave para solucionar la crisis de la basura está en “una visión técnica” y en un plan articulado, porque de lo contrario “los alcaldes seguirán medio recogiendo los residuos y veremos los focos de gente quemando basura como algo natural”, con las esperables enfermedades respiratorias o transmitidas por roedores.

 

A los compradores ya no les dan bolsas plásticas gratis en los supermercados de Caracas. Foto: Rafael Briceño / Archivo Contrapunto

 

Vivir sin bolsas

Una de las banderas de Tierra Viva ha sido la reducción del uso de bolsas plásticas, por ser un elemento contaminante del ambiente. Por eso, ante el problema generado con las bolsas plásticas, planteó algunas recomendaciones para la población:

–Nunca botar la basura directamente por los ductos, porque eso propiciará la presencia de moscas, cucarachas y chiripas y “es una amenaza para la higiene de tu vivienda”.

–Usar bolsas de papel para botar las cáscaras secas de frutas y verduras.

–Utilizar las bolsas de plástico pequeñas para congelar restos de carne y posteriormente botarlos por el ducto. Esas bolsas pueden ser las de granos, azúcar o harina.

–Las botellas de plástico con tapas, si no pueden ser llevadas a un sitio de reciclaje, se pueden emplear para botar basura.

–Las bolsas más grandes deberían emplearse en residuos como latas, platos de plástico, cajas, papeles.

Más que un afiche

Hace 25 años Tierra Viva nació –y así lo recuerda Alejandro Luy– como una organización dedicada a la educación ambiental, pero no con un afiche colgado en la pared, sino con acciones.

“Creamos una metodología para la acción mediante herramientas para las escuelas y comunidades que permitieran cambiar las cosas”, rememora el biólogo.

Ya en el modelo de desarrollo sustentable, la fundación se metió de lleno en el trabajo de conservación del entorno “para un desarrollo social y económico”, y comenzó a ejecutar proyectos en esa dirección.

 

El esfuerzo de divulgación de Tierra Viva ha fructificado, también, en libros. Foto: Ernesto García / Contrapunto

 

Como Tierra Viva “fuimos la primera organización que logró la certificación orgánica del cacao en el entorno del Parque Henri Pittier, en el estado Aragua”, destaca. El esfuerzo tuvo tal impacto, que “todavía esos productores usan las prácticas agroecológicas que logramos compartir con ellos”.

En el Delta del Orinoco, detalla Luy, “entendimos la necesidad de que el conocimiento ancestral de las mujeres warao se convierta en fuente de ingreso para las familias”. Esto implica “potenciar el trabajo artesanal para que eso signifique comida y medicinas”.

Es mucho lo que la fundación quiere hacer, aun cuando la situación del país no ayuda. Por ejemplo, señala el biólogo, “es complejo movilizarse de una zona a otra”, pero igual “seguimos trabajando” con proyectos como reciclaje solidario en Valencia, mujeres indígenas emprendedoras en Delta Amacuro y la campaña “sin la bolsa, por favor”.

Cualquiera podría pensar que Tierra Viva fue visionaria al insistir en que se debe reducir el consumo de bolsas plásticas; pero la realidad indica que, más allá de la crisis venezolana, hay que hacer un esfuerzo para que la gente use menos bolsas plásticas, y para que las autoridades establezcan medidas como reducir su tamaño y regular su grosor. ¿Su recomendación? “Deben ser políticas discutidas entre todos”.

Fuente Contrapunto http://contrapunto.com/noticia/a-tierra-viva-no-le-inquieta-falta-de-bolsas-sino-incapacidad-de-alcaldias-ante-la-basura-188334/